Segundo mail sobre Criaturas dispersas de Natalia Gelós. Vamos antes con unos links y recordatorios:
-Les dejo el video que subimos a Instagram donde la autora nos contó un poco sobre el libro (ya que están pueden aprovechar a seguirnos).
-Por si todavía no se deciden a sumarse con la lectura, acá Flavia Pittella habla del libro en la sección de Infobae “un libro para recomendar”.
-Y por último, un recordatorio de que en mayo vamos a estar leyendo Grabado en Estudios Panda de Nicolás Igarzábal, publicado por Gourmet Musical. Recuerden que siempre pueden consultar en nuestra web cuáles son las próximas lecturas.
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El mail de hoy va a ser breve, porque les voy a pedir que usen seis minutos de su tiempo en algo (ya van a ver más adelante de qué se trata esto).
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Mientras releía el libro, leyendo historias un poco al azar, me crucé con dos subrayados que había hecho y me gustó la idea de compartírselos. El primero está en el texto que cuenta cómo Humboldt llevó a cabo un experimento en el Amazonas: una batalla entre caballos y anguilas. Quería averiguar si las anguilas podían saltar del agua para atacar con sus descargas eléctricas. Lo hicieron, pero el relato de su experimento fue considerado una exageración. Hasta que unos doscientos años después Kenneth Catania, un biólogo de Estados Unidos, retoma este experimento y prueba que Humboldt estaba en lo cierto (en la yapa de hoy les dejo el video con la prueba que hizo con el cocodrilo de plástico). Lo que subrayé está en el párrafo del final:
Porque a veces las historias son colectivas, una posta que pasamos, para que alguien, en algún otro tiempo posible del que no sabemos nada, termine de contar.
El otro subrayado está unas páginas atrás. Un texto breve pero hermosísimo sobre Julie Gautier, una de las diez mejores apneístas del mar.
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Un pequeño paréntesis para explicar qué es la apnea, por si alguien no lo conoce. Dice Wikipedia:
La apnea es un deporte extremo, el cual tiene como base la suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren largas distancias o se desciende hasta grandes profundidades. Esta suspensión voluntaria de la respiración es, así mismo, la base de una actividad milenaria y vigente como la pesca submarina a pulmón, practicada, por ejemplo, por las ama en Japón, por los bajau en Indonesia y Filipinas, y por los wayú en Colombia y Venezuela.
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Al final de este breve texto Natalia Gelós nos cuenta que Julie Gautier además es bailarina y cineasta. Este es el segundo subrayado que quería compartirles:
Su última película se titula Ama y es muda. Sobre ella afirmó: “Quería compartir mi mayor dolor en la vida, pero para que no fuera demasiado crudo, lo cubrí con gracia. Y para que no fuera demasiado intenso, lo sumergí en el agua”.
Ahí abajo, donde los bordes se difuminan.
Y acá viene lo de los seis minutos que voy a pedirles de su tiempo. Es lo que dura la película. Es una belleza. La forma en que el agua está presente para luego desaparecer al instante y dejarnos con la sensación de una coreografía que sucede en el aire. Pueden ver la película Ama acá.
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Lo poco que vi sobre apnea siempre me fascinó. Nunca entendí bien por qué, qué era lo que me resultaba hipnótico. Ahora, después de leer el libro de Natalia Gelós, me doy cuenta que en ese contener la respiración y sumergirse en las profundidades dejaba de ver personas y que esos cuerpos se convertían en criaturas del agua.
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“A veces las historias son colectivas, una posta que pasamos, para que alguien, en algún otro tiempo posible del que no sabemos nada, termine de contar.” A veces las lecturas también. Lo que leemos está ahí, en algún lugar. Una posta que nos pasamos a nosotros mismos. Un dolor que cubrimos de gracia y que para que no sea demasiado intenso sumergimos.
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Hablando de postas, después de ver Ama fui a buscar en Spotify a Ezio Bosso. Les dejo el link al álbum donde está el tema con el que Julie Gautier hace su coreografía.
Nos vemos el domingo en la bandeja de entrada.
Abrazo
Sebastián Lidijover