Hola, gente de Club Carbono (CeCé):
Al oriente del estado de San Luis Potosí, en México, está Wirikuta. Es una región de pueblos mineros, cubierta de arena y rocas. Un desierto. A primera vista. Pero en realidad está repleta de vida. Sus condiciones climáticas y los minerales del subsuelo crean el hábitat ideal para más de 250 especies de aves y cactáceas, entre ellas el peyote. Ese, el sagrado. Sí. Porque también hay leyenda.
El desierto de Wirikuta es uno de los territorios más sagrados para los indígenas wixarika, ya que ahí, según su cosmovisión, fue la creación del mundo y es de donde proviene el equilibrio para la vida. Pero volvamos al subsuelo, y los minerales. Eso la hace una región en conflicto. Por un lado, la UNESCO la considera un Área Sagrada Natural. Mientras que el lugar sufre explotación minera desde 2010, por empresas como First Majestic Silver Corp, que tienen concesionados el altiplano potosino que abarcan el 70 por ciento del área protegida. O sea. Por si faltaban pruebas, este planeta está condenado.
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Unica Zürn fue una artista alemana que nació el 6 de julio de 1916. Se la conoce, poco en habla hispana, por sus obras de poesía anagramática, en la que las palabras se transforman y retuercen al cambiar el orden de las letras. En simple, un ejemplo clásico: AMOR, ROMA, RAMO, ARMO, OMAR. También hacía dibujo automático, o sea, con ausencia de plan. En su caso, criaturas fantásticas, gatos llameantes, lagartos con cabeza de lobo, peces con ojos asustados, rostros humanos con cuerpo animal, híbridos antropomorfos y melancólicos.
Además escribió novelas y relatos. Sus obras literarias más conocidas son El hombre jazmín y Primavera sombría, en las que relata sus internaciones en el hospital psiquiátrico. Tuvo una relación trágica con el pintor y escultor Hans Bellmer. La versión pasteurizada podría decir que hacían “colaboraciones fotográficas”, pero transitaba la línea de la violencia. Por ejemplo, ella fue el molde para la famosa Muñeca (La poupée), un armazón de madera, terminado con tela arpillera encolada y luego envuelto en papel maché. Una cabeza, un brazo, dos piernas, una mano y dos pies. Después otras piezas que se podían intercambiar o añadir al cuerpo principal, como otro par de piernas.
La primera vez que lo dejó, conoció al poeta Henri Michaux, con quien también tuvo una relación enfermiza, en la que practicaban experimentos sobre la conciencia humana. Alucinógenos y telepatía, por ejemplo. Ella comenzó a tener crisis paranoides con delirios.
El 19 de octubre de 1970, Unica Zürn, una de las mujeres asociadas con el movimiento surrealista –junto a la inglesa nacionalizada mexicana Leonora Carrington, entre otras pocas–, saltó desde la ventana del departamento en el que vivía con Hans Bellmer que, paralitico, no pudo detenerla. En la misma delgada línea del romanticismo y lo aterrador, él escribió en una corona de flores que llevó al entierro: “Amor mío, te seguiré por la eternidad”. Allá fue cinco años después.
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“Nadie sabría que detrás de esta historia inspirada en el desierto de Wirikuta, había una obsesión por una escritora alemana, musa surrealista por su demencia”, señala Sofía Maravilla (les juro que se llama así) en una pequeña reseña con mini entrevista que hizo para el periódico mexicano El Universal sobre Clyo Mendoza y Furia.
Ahí mismo, la autora explica: “Empecé a escribir un libro sobre Unica Zürn, pero conforme avanzaba me di cuenta de que yo no sabía nada de Alemania, y que ni siquiera me interesaba hablar sobre cómo había afectado la guerra tanto las relaciones de Unica como su contexto, que la llevó a tener una esquizofrenia crónica que la condujo eventualmente al suicidio, y yo quería hablar de ciertas cosas que me interesaban de la historia de Unica, pero no sabía de Alemania, no viví la Segunda Guerra Mundial, ni siquiera creo estar lo suficientemente documentada al respecto, así que lo bajé a mi contexto y hablé de lo que me era más familiar”.
Y acá es donde se juntan los dos primeros fragmentos de este correo. Qué maravilla, ¿no?
Hasta la semana que viene,
Daniela Pasik (Danixa)