Voy a volver a decir algo que dije en el mail anterior pero esta vez usando una cita de Pavese de Diálogos con Leucó (que también ya usé en otro mail):
Sabemos que la más segura y rápida manera de asombrarnos es clavar la mirada —imperturbables— siempre en el mismo objeto. Un buen día nos parecerá —milagrosamente— que a este objeto nunca lo habíamos visto antes.
Lo que más disfruté de la lectura de Signos de civilización fue encontrarme totalmente fascinado por algo que había tenido siempre delante.
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De las dos mil respuestas posibles a la pregunta “¿para qué sirve leer?”, una podría ser: para sorprendernos con algo que ya habíamos visto (porque en realidad no lo habíamos visto).
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Cuando leí la anécdota de Hemingway que está en el comienzo de la segunda parte del libro, esa que cuenta que mientras almorzaba con otros escritores discutían sobre cómo se podría escribir el relato más corto del mundo y que Hemingway dijo que podía hacerse con seis palabras y luego escribió en una servilleta:
Baby shoes: for sale. Never worn.
[Se venden zapatos de bebé. Sin uso].
Decía, mientras leía esa anécdota recordé que alguna vez quise escribir un cuento pero nunca pude avanzar más allá del título porque ya en el título estaba toda la historia. Se llamaba: La soledad del primer telépata.
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Hace poco me preguntaba —en Twitter— qué iba a pasar con los idiomas y la telepatía. ¿Iban a seguir existiendo o las ondas cerebrales iban a salir en una especie de idioma universal? Después de leer el libro de Bård Borch Michalsen me doy cuenta de que tal vez habría que agregar otra pregunta. Cuando se amalgamen todos nuestros pensamientos y nos encontremos que esos bloques de información son imposibles de entender, quizás debamos inventar nuevos signos de puntuación, unas nebulosas mentales que nos permitan hacer las pausas necesarias para que ese caos de sinapsis vuelvan a tener sentido.
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El domingo que viene (27 de marzo) a las 17:00 haré un Zoom para que charlemos sobre la lectura del libro. Pueden agendarlo en su calendario haciendo clic acá (el evento incluye ya el link al Zoom).
Les recuerdo algunas cuestiones técnicas:
-Durará una hora aproximadamente.
-A los 40 minutos va a cortarse, volveremos a entrar con el mismo link.
-No creo que lleguemos a ese número, pero podrán entrar hasta cien personas (las primeras cien que se conecten), es el límite que tiene Zoom.
-En lo posible dejen la cámara encendida así nos vemos las caras.
-No voy a grabarla, ni transmitirla en redes.
Nos vemos el domingo en la bandeja de entrada.
Abrazo
Sebastián Lidijover