Los niños 6 #1

Creo que debería empezar presentándome, ¿no? Después de todo, ¿por qué querrías leer lo que escribió alguien que no conocés sobre un libro? Me llamo Axel, soy periodista y suelo escribir, siempre que tengo la posibilidad, de temas que me apasionan.
No vivo en un mundo ideal, porque lamentablemente eso no existe, así que también escribí en muchísimas ocasiones sobre cosas que no disfruté. Ese sentimiento de estar haciendo algo que no te gusta le dio lugar al nacimiento de observando, un newsletter que hago hace muchos años que sale los domingos a la mañana. Lo creé con la intención de solo escribir sobre temas que me interpelan: arte, cultura, tecnología, literatura, series, comida, música, y, digamos, todo lo que me cruzo que me llame la atención.

Pasemos de la presentación igual, que me resultan terriblemente incómodas.
Hay algunos autores que escriben libros que, siento, tienen la intención de confundirnos. O de hacernos recorrer un camino que va tomando giros tan inesperados que podemos pensar que el autor estaba con ganas de confundirnos. Es lo que me pasó con Los niños 6, de Jesse Ball.
Lo primero que leí del autor fue Cómo provocar un incendio y por qué, editado en 2020 por Sigilo. Se trataba de un libro que contenía todas las claves para que me gustara: una novela de iniciación, o coming of age, como suelen ser llamadas en inglés, donde una chica ingresa a una especie de logia secreta que quiere prender fuego todo. ¿Por qué? Porque el caos, algunas veces, está bueno. Te lo resumí en muy pocas palabras, pero va por ahí la cosa. Me encantó por varios motivos, pero el principal era la personalidad de la protagonista, una chica llamada Lucía de solo 16 años que había perdido sus padres y vivía con su tía.
Así que cuando vi que salió una nueva novela de Ball, que también era protagonizada por pibitos, decidí aventurarme a leerla. Los niños 6 es un libro corto, de unas 160 páginas, que se lee en una o dos sentadas, que atrapa profundamente y que no me dejó de sorprender cada segundo.
Primero por cómo empieza. En solo algunas páginas, todos los adultos del mundo se matan de maneras brutales con lo que tenían a mano. Si estaban cerca de una ventana, se tirarían, si tenían cerca un martillo, se golpearían la cabeza hasta que su cuerpo cayera desplomado, si estaban cerca de un horno, meterían la cabeza después de haber prendido el gas. Solo los más pequeños, bebés, niños y casi adolescentes sobreviven. Cuando notan lo que pasó, sin saber qué hacer, empiezan una especie de procesión por su ciudad en busca de una respuesta, en busca de ayuda.
Y si bien ese podría ser la trama del libro, no lo es, o al menos no lo es por completo. Porque queda espacio para las sorpresas de Ball, para que haya vueltas de tuerca que nos lleven a contemplar la aparición de algo así como una figura divina, que todo lo sabe, que puede interpelar a todos, y que reivindica la niñez como lugar de exploración, juego, imaginación que es arrebatada por la llegada de la adultez y el comienzo de la añoranza, de esos momentos felices.
Un poco como nos pasa a la mayoría de nosotros, que siempre queremos volver al pasado, a cuando la pasábamos mejor, a cuando podíamos ser astronautas solo con ponernos una olla en la cabeza o cuando podíamos ser Caballeros de la Orden con solo subirnos a una escoba.
Los niños 6 era una novela que permanecía inédita. Que, de hecho, no fue publicada en su idioma original sino que se trata de una obra que captaron los editores de Sigilo con una audacia única, porque se trata de una obra sin igual, de un mundo cercado por incendios (hola, realidad), de muertes, de soledad, pero también de unidad, y de la búsqueda de algo superior, de respuestas.
Hasta la semana que viene, donde te voy a mostrar algunos de los párrafos que más me hicieron pensar de la novela.